Foto tomada de Google para uso artístico no comercial. En caso de no estar permitido su uso será retirará inmediatamente. Fuente: EFE/Brais Lorenzo |
Centenaria sombra donde la pluma halló descanso.
En forzada desnudez sólo fuiste sombra
hoy,
sombra fúnebre,
inmensa y triste esmeralda de luto
teñida.
Dos cirios encendidos
o dos lágrimas ardientes
quedaron temblando en la mejilla de la
tierra,
ardiente y dolido llanto.
Vi que un aullido amargo de silencio
velaba el monte
velaba el monte
bajo una luna sin lobos ni duendes,
bajo una luna sin nidos ni luciérnagas,
bajo una pálida luna de hollín nublada.
Hoy los caminos,
impotentes brazos abatidos,
impotentes brazos abatidos,
circundan un negrura incomprensible.
Arrancad esta abrasadora noche de mi piel
grita Gaia desolada.
Arrancad la noche que me hiere,
ingratos
hijos,
porque sólo en mi cuerpo veréis el día.
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