A los valientes cooperantes de Greenpeace 
En la falda de los montes 
que escupen incandescentes becerros de oro
que escupen incandescentes becerros de oro
bailamos frenético vals. 
A la luz de los volcanes 
bailamos patético simulacro de lucidez. 
Reímos dichosos 
mientras las blasfemias del monte
mientras las blasfemias del monte
levantan nuestros pies con violencia 
y en el cielo surgen muecas 
que ridiculizan nuestras hazañas. 
Bailamos. 
Conscientes abrimos los pozos del infierno.
Conscientes abrimos los pozos del infierno.
La Tierra eructa polvo de azufre que estrangula el aire. 
Bailamos frenético vals. 
Perdido el miedo,
      
Perdido el miedo,
las flores encendidas que ambicionamos 
llueven sobre nuestras cabezas cotidianamente 
        y bailamos, 
bailamos frenético vals.
 
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