La poesía toca con sus alas lo más pequeño, lo más excelso, toca el dolor y la alegría.

Nos pega a la tierra, a los seres vivos, nos eleva y transporta a otra dimensión.

24 diciembre 2009

No hubo campanas

FELIZ NAVIDAD 
y mis mejores deseos a todos los que habéis pasado por aquí dando sentido a mis versos.


En el eco de la noche

brilló la luz ignorada.

Entre antorchas y faroles

despuntó el alba sagrada,

En el trono de los hombres

No, no hubo campanas.



Signado abrazo de estrellas,

silencio en la noche clara,

en el silencio, silencio…

Sonó el golpe de la aldaba

a la puerta de los tiempos.

No, no hubo campanas. 



Rostro frío de la historia,

imperios de polvo y nada

escritos sobre la tierra.

Cuando lo aclamó los cielos,

en el pueblo que esperaba…

No, no hubo campanas.



Gimió el viento en las colinas

con su bramido de escarcha,

vigilia de los humildes

en los portales del alba,

en los caminos desiertos…

No, no hubo campanas.



Ya se apartaron las sombras

cernidas sobre la casa.

Murmullos en las tinieblas,

en las alturas, guirnaldas;

partido el pan en el cielo...

en la tierra… No. No hubo campanas.



No hubo multitud en fiestas,

ni alegre batir de palmas,

ni engalanadas estrellas,

ni hombres rindiendo armas.

Se brindó la  Luz al mundo y…

No, no hubo campanas