La poesía toca con sus alas lo más pequeño, lo más excelso, toca el dolor y la alegría.

Nos pega a la tierra, a los seres vivos, nos eleva y transporta a otra dimensión.

24 febrero 2011

Herederos de la Tierra (Gaia) Reposición

Nuestros hijos heredarán la Tierra maltratada, heredarán Gaia, no lloreis por ella, llorad por nuestros hijos y por la herencia que les dejamos.
Si vierais las fuentes de arena cegadas,
ríos y vergeles de cicuta infectos,
playas de gaviotas mudas y desiertas.

No lloréis por ellos,
llorad por nosotros y por nuestros hijos
herederos de la tierra.

Si vierais el aire de cuerpo invisible
severo enemigo violentando el pecho,
si vierais los frutos sin su primavera.
No lloréis por ellos,
llorad por nosotros y por nuestros hijos
herederos de la tierra.

Si vierais extintos el cóndor y el ibis,
el vientre marino exhausto de especies,
ahogadas las aves en cepos de brea.
No lloréis por ellos,
llorad por nosotros y por nuestros hijos
herederos de la tierra.

Si vierais las uñas avaras del hombre
arañar los campos sin justa medida,
y en matriz amarga crear sus quimeras.
No lloréis por ellos,
llorad por nosotros y por nuestros hijos
herederos de la tierra.

Si vierais la selva en boca de fuego,
antorcha en los brazos de anchas ambiciones,
insignes linajes a destierro y miseria.
No. No lloréis por ellos.
Llorad por nosotros y por nuestros hijos
herederos de la tierra.