La poesía toca con sus alas lo más pequeño, lo más excelso, toca el dolor y la alegría.

Nos pega a la tierra, a los seres vivos, nos eleva y transporta a otra dimensión.

25 noviembre 2020

TODOS LOS ESPEJOS

En memoria de las víctimas de la violencia de género. 
Con ellas mi corazón, mi ánimo y mi fuerza.
Me robaron los espejos
para que no pudiera reconocerme.

Fui hogar, puerto,
sostén, fortaleza,
remanso, caverna de silencio,
cobertor, refugio, paño de lágrimas,
umbría en verano, en invierno hoguera,
alcoba, vestidor y lecho.

Fui tierra fecunda,
día laboral, nunca festivo,
inventora de tiempo,
desheredada del ocio, 
vida entera en ara de sacrificio

Fui despensa generosa,
cuna, columpio y escuela,
sanatorio y velada,
espalda robusta y arrullo,
piel marcada a hierro de dueño

Fui alfombra herida de ardientes espuelas,
vertedero de todos los residuos,
fui sombra, no cuerpo,
apellido sin nombre ni estrella.

Pero hoy abrí los ojos.
Encendí las luces siempre vertidas en mi alma
y abrazada al influjo de la luna
bebí  de la fuente donde brotan todos los espejos.

16 noviembre 2020

Los pies descalzos del Maestro


Es el ritmo libre 
de los pies descalzos, 
que el viento en la hierba 
verde en la ladera 
inclina hacia el mar. 
Sigue el paso firme 
por el campo abierto, 
en la arena ardiente, 
en camino ciegos 
de la gran ciudad. 

Caminar errante 
abriendo caminos 
que canta el poeta, 
sólo dejan senda 
de agua y de sal, 
mas la huella firme 
de la piel desnuda, 
molde voluntario 
que deja en el barro 
su huella y se va, 
abre los caminos 
marca buen sendero, 
su entrega sincera 
es huella en la piedra. 
No se borrará.







01 noviembre 2020

Nudismo

Si sirviera 
quitarse la máscara 
y quedar desnudos, 
trasparentes, 
ante los ojos del aire. 

Pero el aire sufre 
la impureza del escándalo, 
aquí, la desnudez es lasciva. 

En la calle se suceden los desfiles, 
penitentes ebrios 
pisan los clavos de los crucificados, 
las manos de los mendigos, 
las bocas de los hambrientos, 
las heridas de los vivos, 
la felicidad de los locos. 

Entablar la huida sería fácil. 
Huir hacia la contemplación, 
olvidar la rotación del mundo, 
desnudos y absortos ante el milagro 
de una flor de intensísimo azul, 
minúscula, 
sobreviviendo en el corazón de una roca.