Poema escrito en la primavera del año 2001, 
seis meses antes del 11-S.
En memoria de todas las inocentes víctimas.
De las torres más altas levantadas,
asistiré al derrumbe ante mis ojos 
en la cima se desbordan los enojos
del cielo, que desciende sus plomadas.
 
Restringen  la verdad con la mentira. 
Mirad como se jactan prepotentes. 
 Coronas en sus poderosas mentes 
exhiben los laureles de la ira. 
No sueño con respuestas de castigo 
que nunca descendieron de la Altura, 
no reniego del hombre ni maldigo 
la bendita excepción de su estatura, 
es intrínseco el poder de su enemigo 
y en su árbol el fruto no madura.
