Suceden acontecimientos cotidianamente que deberían hacernos reflexionar
y movilizar nuestra mente y nuestro corazón.
Sin embargo, bailamos inconscientes un frenético vals sobre el magma convulso que nos rodea.
y movilizar nuestra mente y nuestro corazón.
Sin embargo, bailamos inconscientes un frenético vals sobre el magma convulso que nos rodea.
En la falda de los montes
que escupen incandescentes becerros de
oro
bailamos frenético vals.
A la luz de los volcanes
bailamos patético simulacro de lucidez.
Reímos dichosos
mientras las blasfemias del monte
levantan nuestros pies con violencia
y en el cielo surgen muecas
que ridiculizan nuestras hazañas.
Bailamos.
Conscientes abrimos los pozos del
infierno.
La tierra eructa polvo de azufre que
estrangula el aire.
Bailamos frenético vals.
Perdido el miedo,
las flores encendidas que ambicionamos
llueven sobre nuestras cabezas
cotidianamente
y bailamos,
bailamos frenético vals.