La poesía toca con sus alas lo más pequeño, lo más excelso, toca el dolor y la alegría.

Nos pega a la tierra, a los seres vivos, nos eleva y transporta a otra dimensión.

25 noviembre 2015

TODOS LOS ESPEJOS

En memoria de las víctimas de la violencia de género, 
de todas las mujeres del mundo víctimas de la violencia.
Con ellas mi corazón, mi ánimo y mi fuerza. 

Me robaron los espejos
para que no pudiera reconocerme.

Fui hogar, puerto,
sostén, fortaleza,
remanso, caverna de silencio,
cobertor, refugio, paño de lágrimas,
umbría en verano, en invierno hoguera,
alcoba, vestidor y lecho.

Fui tierra fecunda,
día laboral, nunca festivo,
inventora de tiempo,
desheredada del ocio, 
vida entera en ara de sacrificio

Fui despensa generosa,
cuna, columpio y escuela,
sanatorio y velada,
espalda robusta y arrullo,
piel marcada a hierro de dueño

Fui alfombra herida de ardientes espuelas,
vertedero de todos los residuos,
fui sombra, no cuerpo,
apellido sin nombre ni estrella.

Pero hoy abrí los ojos.
Encendí las luces siempre vertidas en mi alma
y abrazada al influjo de la luna
bebí  de la fuente donde brotan todos los espejos.

08 noviembre 2015

Morir inútilmente


Me cansé se morir inútilmente
Me cansé de morir vanamente,
día a día, menguándome,
hasta dejar de existir y no hallarme nunca.
Y comencé a sacudirme la tierra
que a puñados me echaban a los ojos
y a despejarme los oídos
de las corrientes que me ensordecían el cerebro.

Me cansé de vivir la muerte dulce,
de vivir el tibio sol resbalando por los días,
mirando mi reflejo que sea reflejo de otros nombres
y mi sombra silueta de otros cuerpos.

Me cansé de morir inútilmente
de que llorasen afligidos por mí,
ojos que no supieron de mis lágrimas.
Me cansé de la lasitud que me sepultaba
y levanté mis huesos por encima del mármol y las flores
y los enfrenté al viento que mueve el mundo.

25 septiembre 2015

OJOS SUBTERRÁNEOS

A los niños cuyos ojos quedaron sepultados bajo los escombros de sus países en guerra, a los niños que, ni siquiera, han podido ser refugiados. A los refugiados, también, por el sufrimiento que viven en su inocencia.

OJOS SUBTERRÁNEOS

Sus ojos,
luciérnagas temerosas
de sumisión infante.

Rescatad,
rescatad sus ojos lúgubres,
minúsculos luceros ocultados.

Aunque abunde, sí,
la consolación de sus pupilas.
Qué pisoteada su órbita inocente.

Rescatad, rescatad sus ojos.
Pobres ojos míos
quizá para siempre sepultados.
Si mueren,
morirá con ellos el amanecer del mundo
y el despertar de los hombres. 


08 julio 2015

Diálogo con el duende

¿Qué seríamos sin el duende de la música? ¿Qué, sin pájaros?
Oro viejo prende de las ramas
Baila el duende

-Dime dónde, duende
¿Dónde sin música tenemos el corazón?

-Sí. Yo sé de la música
Pájaros incansables
sobre pentagramas de alambre
Arpas de cristal
Solistas al atardecer sin público

05 junio 2015

Todo es mentira

Los momentos más hermosos de nuestra vida están en sus brazos

Todo es mentira
La cara y la cruz
brillantes, metálicas,
difíciles de ignorar

Los eslabones,
que poco a poco
forman la boa constrictor
que nos asfixia
y desliga de las caricias
que solamente importan

 Es mentira la burbuja
de atmósfera inerte
que habitamos
protegidos del miedo a perder
la protección del dios minúsculo
que domina este mundo miserable

Todo es mentira
Sólo es verdad el tiempo
y la sonrisa de los niños
Sólo son verdad sus brazos

10 abril 2015

Érase una tarde de abril


Recuerdos de una tarde de abril




Érase una tarde
de abril y de lluvia.
Érase una tarde
de verde encendido.

De voces lejanas
sin pena ni gloria,
de juego de pájaros
y canto de niños. 

Érase una tarde 
de ahuyentar las bocas 
de cántaros huecos 
preñados de ruido. 

Érase una tarde, 
refugio a la sombra 
de troncos tallados, 
de versos escritos.

27 febrero 2015

Tentación

Sólo fue una tentación. Nunca cambiaría luces de neón por una noche estrellada


Tuve la tentación
de cambiar una lámpara 
de neón
por una noche
de estrellas embriagada.
Busco porque esconde
mis respuestas 
la inmensidad del orbe.

16 enero 2015

Bailamos frenético vals (reposición)

Suceden acontecimientos cotidianamente que deberían hacernos reflexionar 
y movilizar nuestra mente y nuestro corazón. 
Sin embargo, bailamos inconscientes un frenético vals sobre el magma convulso que nos rodea.


En la falda de los montes
que escupen incandescentes becerros de oro 
bailamos frenético vals.
A la luz de los volcanes
bailamos patético simulacro de lucidez.

Reímos dichosos
mientras las blasfemias del monte
levantan nuestros pies con violencia
y en el cielo surgen muecas
que ridiculizan nuestras hazañas.

Bailamos.
Conscientes abrimos los pozos del infierno.
La tierra eructa polvo de azufre que estrangula el aire.
Bailamos frenético vals.

Perdido el miedo,
las flores encendidas que ambicionamos
llueven sobre nuestras cabezas cotidianamente
y bailamos,
bailamos frenético vals.