Regresar
a la ondulante marejada de trigo
al sopor aplastante de la tarde.
Algarabía de chiquillos en las calles.
Regresar al estival concierto de la infancia.
Inconsciente ceguera
de todas las angustias
de todos los sudores,
inconsciente ignorancia
de todos los pesares,
de todas las tormentas
que el grano cosechado amenazaban,
de las tempestades
que vencieron el sofocante estío
y el infinito azul de plomo.
Regresar
al indolente transcurso de los días,
al frescor de las noches acaudilladas de luna,
cortejadas de estrellas,
a las luces, qué tan frágiles
morían a toque de relámpago
o bajo platillos pasaban
la penumbra temblando.
Regresar a esas luces
aunque nunca iluminaron mis pasos
en las calles henchidas de tinieblas.
Regresar a la aventura
de todos los temores inventados
al vértigo de la inclemencia inesperada,
a la presentida gracia de los cielos.
Regresar, regresar
a la dulce inocencia de las manos blancas.
Me acabas de llevar, entre verso y verso, a un mundo cada vez más lejano. Al mundo de los sueños, al mundo del juego, del aprender, de vivir entre la consciencia y la inconsciencia. Al mundo de la infancia.
ResponderEliminarMuchas gracias Teresa.
Besos
Sofi
Creo que los que ya tenemos una edad, hemos vivido muchas terdes como las que describes. A mí me has llevado a una de esas siestas con mi madre y mi hermano y yo, en la misma cama y el calor insoportable, el zumbido de las moscas y esa risa floja que no podías detener...
ResponderEliminarGracias por traenos esos sembrados de trigo, esas noches sin farolas, ese vivir el día a día junto a tu familia y vecinos; siempre muchos vecinos compartiendo nuestra suerte...
Tal vez la magia de la poesía reside precisamente en eso, en atrapar los instantes que nos hacen recordar emociones y que nos vuelven a la vida. El poema se hace imagen en la voz del poeta que moldea con sus manos las palabras y las plasma en un lienzo y con su alma les da color... y vida.
ResponderEliminarLa infancia es o debería de ser, la época, la etapa donde la inocencia ni se compra ni se vende. Como bien dices, manos blancas... limpias, manos que hablan, que susurran con los gestos y el candor de la niñez.
Ya ves Teresa, cuando visito tu casa y observo los lienzos que vas colgando en estas luminosas paredes blancas de tu blog es como trasladarme a un museo donde la palabra se convierte en ARTE.
Un saludo, Manoel Xosé
Oléeeeee por el pedazo de comentario que te ha hecho Manoel Xosé. Es lo mismito que me transmiten a mi tus paisajes, solo que yo no se poner las letras de un modo tan exacto.
ResponderEliminarEs un placer pasearme por aquí. De repente me llevaste de la mano a aquella ladera maravillosa que había justo al lado de la playa, en donde ví por vez primera el manto espectacular de la pradera en primavera. Y, que hice en ese momento? Dejarme rodar como Heidi ajena al mundo complicado de los mayores.
Que delicia el poder regresar a la niñez aunque sea por un instante fugaz.
Gracias Teresa
Un besazo
Ansiados deseos que comparto totalmente contigo.
ResponderEliminarEs una de mis frustaciones el no poder ponerlo en práctica.
Un abrazo
Regresar y resguardarse mientras fuera, el frío de la gente te hiela el alma.
ResponderEliminarSofi.
ResponderEliminarGuardo entre verso y verso el recuerdo de la infancia, para acurrucarme entre ellos en los días grises. Ese tiempo en el que la inocencia nos salva de preocupaciones, ambiciones, y hasta del ineludible transcurrir del tiempo.
Luci-ernaga
Los que ya tenemos esa edad, llevamos impresos en el recuerdo, sobre todo, los afectos de la infancia que situábamos en lugar de preferencia, como debe ser. También los sonidos, los olores y la música labran escenas inolvidables que nos acompañaran siempre.
Helen Maran
Gracias por compartir tu galardón y enhorabuena por éste y todos los demás premios que te han concedido.Te lo mereces.
Un saludo.
Manoel Xosé
Creo que la poesía es el lenguaje de las emociones. Comunicar lo que sentimos y a través de los versos alcanzar la emoción de quien los lee. Recibir los comentarios sobre estos versos es recuperar la emoción que los provocó, he aquí la mayor recompensa.
Gracias Manoel por contemplar el paisaje de mi infancia.
Alternativa.
Para mí sí es un gran placer visitar el norte de la península. Adoro Asturias, Cantabria y Galicia. Conozco la magia que contiene el verdor del paisaje, esa de la que disfrutas. He viajado por allí muchas veces. Qué belleza.
Verdial.
Siempre nos quedará el recuerdo para volver a ese tiempo irrecuperable.
Kamawookie
Regresa e ignora el frio de la gente que no podrá helar tu alma si tú no se lo permites.