Nuestra "civilización" no ve ni escucha las señales de su fin
Ahora que los profetas han enmudecido
y el maná se nos ha negado
masticamos plástico con sabor a fresa.
Ahora que hemos dejado de ser nómadas,
que nos hemos asentado
en la ciudad de los prodigios
nuestra sordera es tan inmensa,
tan inmenso el sueño inducido
que ni siquiera escuchamos
las trompetas de los arcángeles
que están sonando.
Indolentes masticamos,
con sabor a fresa, plástico.
Sordos y mudos y...........
ResponderEliminarMuy profunda
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