La poesía toca con sus alas lo más pequeño, lo más excelso, toca el dolor y la alegría.

Nos pega a la tierra, a los seres vivos, nos eleva y transporta a otra dimensión.

12 julio 2014

La venganza


Amargas estrellas metálicas
llueven en la esclava quietud de la noche.

La tierra escupe 
ascuas de odio hacia el cielo.

Mientras, una paloma oscura
guarda el equilibrio, 
enferma ante el abismo tenebroso.
Y otra vez caminamos perdidos
entre las telarañas de la venganza.

Al acecho está el arácnido 
de la auténtica muerte.

Caín, Caín.
¡Ay! Que no debemos vengar
la sangre derramada.

7 comentarios:

  1. Paso a leer tus letras tan llenas de sentimiento....me ha gustado mucho...saludos y un abrazo fraterno.

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  2. Siempre sabes cómo mover las conciencias con tus poesías. Te quiero hermana

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  3. Nunca es buena la venganza, pero hay quien no es consciente del dolor hasta que lo sufre en su piel y su carne, a veces sí hay que dar a algunos un poco de su jarabe, Pues sólo a golpes aprenden.

    En cuanto a tus versos, magníficos, contundentes, como un latigazo en la mejilla y la sal en los ojos.

    Besos

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