Puestos a pedir, pidamos que se nos predique con el ejemplo, con actos no con palabras,
y prediquemos también del mismo modo que exigimos.
Predícame
con las manos ensangrentadas
sanadoras de llagas extranjeras.
Lava mis pies extraviados,
unge con tu óleo
la frente confusa de mi pobre espíritu
y limpia las heridas de mi alma
que vengo de recorrer caminos
de polvoriento desprecio,
zarzales me abofetearon el rostro.
Predícame
buscando a la oveja negra
enredada en el espino
y ablandando el corazón de los lobos.
qué bonito!!!!
ResponderEliminarun placer recibir siempre tu visita, y visitarte a su vez, me gusta muchísimo como dices y lo que dices....!!!tan lindo!!!!
respecto a la pintura en tela, yo se poco pero lo poco que sé te lo cuento y te digo con las pinturas que he realizado la camiseta y alguna otra cosilla, yo quisiera ser pintora, pero creo que no dispongo de esa habilidad.
buen día de San Jose!
Gracias Raquel. Ya hablaremos y exprimiré la gran creatividad que tienes.
EliminarBesos
me ha llegado como un dardo directo al corazón...
ResponderEliminarLa única forma de predicar es con el ejemplo, con la práctica, predicar practicando sinceramente el Amor al prójimo cotidianamente.
EliminarTE DEJO ESTE POEMA A MANERA DE PRESENTACIÓN:
ResponderEliminarYo sé del sol,
yo sé de la melodía de los ángeles
y del reto ardiente
del último viento.
Yo sé de los sueños,
de mirar el alba
con los ojos desnudos
cuando las sombras se posan...
en el extraño
latir de los recuerdos.
Luján 2013
lujanfraix.blogspot.com
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Gracias por compartir tan bellos versos. Seguramente sabes todas esas cosas porque tienes alma de poeta.
EliminarPredicar con el ejemplo,cuan fácil hubiera sido el camino de muchas creencias....pero el hombre es de carne y hueso y....siente.
ResponderEliminarCariños
Escrito está: "El espíritu es fuerte, pero la carne es débil". Nadie dijo que fuera fácil predicar con el ejemplo.
ResponderEliminarNo, no es fácil predicar con el ejemplo, ni lo es prestar atención a quien predica justamente lo contrario de lo que ejerce.
ResponderEliminarEs tan frecuente escuchar al rico haciendo alabanzas de las cualidades de la pobreza o al sano y bien cuidado por expertos médicos, afirmando que envidia a los enfermos que sufren...
Hay tanta hipocresía detrás de las prédicas, sermones o vehementes discursos de religiosos, políticos y buscavidas.
Besos
Opino como tú Narci. Qué fácil es predicar sin ponerse realmente en el lugar del prójimo, sin saber de sus heridas, de su confusión, de sus pasos extraviados.
EliminarUn abrazo