A la música, ese arte mágico que nos inspira,
nos acompaña en buenos y malos momentos,
nos acompaña en buenos y malos momentos,
nos festeja y envuelve cada instante de nuestra vida.
Óyeme que quiero
ser música, madre.
Música del agua,
las voces del aire,
canción que los niños
en sus juegos canten.
Versos sean surcos
que la prosa labren
en labios abiertos
a invertir el margen
de los gestos rudos
en gestos amables.
Óyeme que quiero
ser música, madre.
Quiero ser el rayo
que en el coro estalle
después como trueno,
quiero ser la clave,
eco al horizonte
febril de la tarde.
Óyeme que quiero
ser música, madre.
Música que te envuelva
ResponderEliminary tus oidos embriaguen
de sonidos dulces y arrebatadores
que nunca de ti se separen...
Yo tambien quiero ser música amiga mia y sobre todo tal y como tu lo expresas. Un besazo enorme Mª Teresa
Ya eres música en tus versos, y además de la buena, de la que envuelve, de la que abraza, de la que se mezcla con la sangre y fluye por la sangre hasta llegar al alma.
ResponderEliminarBesos
Un concierto tu poema, de veras, felicidades Maria Teresa, es un placer amiga...te mando un fuerte abrazo y que tengas un excelente domingo..
ResponderEliminarYo también quiero ser música, si con ello logro todos esos sentimientos desbordados que plasmas en tu poema. Felicidades por él María Teresa, has conseguido atrapar en tus versos, el brillo de una estrella de luz.
ResponderEliminarUn abrazo con mi cariño.
Feliz domingo María Teresa..Un beso
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