La poesía toca con sus alas lo más pequeño, lo más excelso, toca el dolor y la alegría.

Nos pega a la tierra, a los seres vivos, nos eleva y transporta a otra dimensión.

13 enero 2014

Indigentes


Por los callejones de los sin techo
deambulan los poetas
Templan sus manos
en la hoguera del silencio.

Con leños de consumo inútil
se alimentan las farolas,
brotes tiernos de fósiles,
caprichos de desecho
ni para el fuego sirven.

Los focos de neón
borran la memoria de la luz.
Instrumentos de Electra afónicos y discordes
ensordecen el oído a la música

Los poetas huyen a esconderse
en los rincones del alba,
no quieren que su voz alimente
la garganta que dice ser única.
Vagan entre los indigentes
ocultos bajo mantones sobrios
ajenos a la superficial atmósfera