El otoño teje un vestido de verde y oro para que la bella durmiente "Gaia" luzca hermosa.
Durante el invierno dormirá hasta la próxima primavera.
Entrad y descubrid hoy
a la puerta de las sombras crecientes
mecerse en el aire,
moribundas las hojas,
moribundas las hojas,
saciadas de sol.
Alimentadas de luz
yacen ahora
henchidas de oro sobre la tierra.
henchidas de oro sobre la tierra.
La vestirán con traje de gala
para que luzca hermosa la bella durmiente
los cien días invernales.
Hasta que al fin despierte
con el beso de amor,
que encenderá en su cara rubores,
la primavera.
Gaia. © Teresa S.M.
Preciosa imagen, para ilustrar un aun más bello poema. Me encantan los colores otoñales y, sobre todo, me gusta esa promesa de renacimiento a la vida en apenas unos meses.
ResponderEliminarBesos
Mª Teresa, hermoso poema, que destila lirismo en cada verso, me ha encantado como dibujas con tus palabras, la llegada del otoño, y la serenidad de la tierra esperando un despertar.
ResponderEliminarHasta que al fin despierte
con el beso de amor,
que encenderá en su cara rubores,
la primavera.
Un abrazo con brisas de felicidad.
Muy bello el poema. Me encantan los colores del otoño en el bosque, los cielos. Es de una belleza increible. Un abrazo
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