Para fomentar la paz con los demás, para lograr la reconciliación de todos los hombres hay que empezar por uno mismo. Buscar la reconciliación con nosotros mismos y con la vida. Buscar en nuestro interior la paz y la serenidad, frutos para el enriquecimiento y la alegría.
Reconcíliate,
es
mínimo el espacio.
El
claro en la espesura
contiene
los perfumes,
los
bálsamos
para
sanar todas las heridas.
Retorna
al concilio
donde
sólo tú sabes de ti
y a
través del visor alto del boscaje
contemplas
el mundo
y el
movimiento de los astros.
Fuera
acechan las hienas
pero
aquí
todo
el espacio está dispuesto.
Tuyo
es el manjar y el vino.
Toma
el fruto, degústalo en tu boca.
Recibirás
la bendición del agua
y la
visita de los pájaros
que
comerán de tu mano y de tu mesa
y
cantarán las canciones que tú les escribiste.
Me gusta perderme en plena naturaleza para reencontrarme conmigo misma, la vida diaria agota y ello me pone las pilas para seguir caminando. Un besito Mª Teresa, buen fin de semana
ResponderEliminarLa reconciliación con una misma, es la frescura más certera para dejar tras los momentos desagradables senderos de bien. Las experiencia no gratas, son también páginas de gran esnseñanza siempre.
ResponderEliminarUn abraciño
Que bello y profundo mensaje lleva tu poema a demas de estar tan esquisitamente escrito. Amar a otros comienza con el amor por si mismo.
ResponderEliminarbesos,
Es cierto Mª Teresa que no podemos dar lo que no tenemos, y para reconciliarnos con el otro, primero hay que hecerlo con nosotros mismos.
ResponderEliminarBello poema para reflexionar, sus versos van directos al alma, en una lírica llena de sentimientos.
Un abrazo con una lluvia de felicidad.