Cuando nace un poema, nos ilumina con su voz, 
es como la primera flor de la primavera, entonces, 
despertamos del letargo y somos bendecidos por la luz de la vida.
Surgiré de pronto de tu boca 
una mañana de tu vida de invierno
cuando no tengas hogar 
donde templar los huesos ateridos.
Y no sabrás de donde llegaron 
las palabras a tu boca.
Te descubrirás ante el espejo 
musitando un poema encendido de mediodía. 
Sentirás la templanza sobre los hombros 
y en tu corazón, 
un brote intenso de primavera 
Así caminarás en paz 
apoyado en una vara verde florecida 
hacia los umbrales de la aurora
