La poesía toca con sus alas lo más pequeño, lo más excelso, toca el dolor y la alegría.

Nos pega a la tierra, a los seres vivos, nos eleva y transporta a otra dimensión.

11 septiembre 2008

La leyenda de la mujer gaviota


Sentada en la puerta
la mujer reposa,
se adormece en la bruma del tiempo,
blanca nebulosa.

Escala de sueños,
apoya en la piedra

su cabeza mientras lenta el muro
asciende la hiedra.

En el arco antiguo

la tarde agoniza.
Luce la hiedra sus flores blancas
que el aire hechiza.

Mágicos ensueños,
sus ojos ausentes
habitada imaginan La Alambra,
cultura de fuentes.

Escucha unos pasos
¿Son soplos de brisa?
Son mujeres cruzando el silencio,
tímida sonrisa.

En velos envueltas,
sumisas palomas,
empapados en viento que trae
del mar sus aromas.

Al eco los gritos
de libres gaviotas
que traspasan los muros que guardan
esperanzas rotas.

Son como sus alas
los velos al viento.
En canto de gaviota convierte
el triste lamento.

Hechizo en la niebla
la dejó cautiva
mas le brotan las alas y emprende
rumbo a la deriva.

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