La poesía toca con sus alas lo más pequeño, lo más excelso, toca el dolor y la alegría.

Nos pega a la tierra, a los seres vivos, nos eleva y transporta a otra dimensión.

08 abril 2017

Érase una tarde de abril


Érase una tarde
de abril y de lluvia.
Érase una tarde
de verde encendido.

De voces lejanas
sin pena ni gloria,
de juego de pájaros
y canto de niños.

Érase una tarde
de ahuyentar las bocas
de cántaros huecos
preñados de ruido.

Érase una tarde,
refugio a la sombra
de troncos tallados,
de versos escritos.