La poesía toca con sus alas lo más pequeño, lo más excelso, toca el dolor y la alegría.

Nos pega a la tierra, a los seres vivos, nos eleva y transporta a otra dimensión.

17 diciembre 2016

No puedo cantar


Poema escrito en 2004,  la guerra que lo inspiró era otra, o quizá sea la misma. El terrible dolor de las personas que la sufren y que han perdido a sus seres queridos, es el mismo dolor en cualquier guerra. 
Las madres traen sus manos
repletas de muertos.
En el acíbar de sus lágrimas
el rostro de su sangre,
en su boca, sin cansancio
y sin olvido, el nombre de sus hijos.
No puedo cantar.
No puedo cantar.

Bajo el imperio de los espejos
se amontonan las víctimas,
sobre el bosque de sus cuerpos
se yerguen los pilares
donde siempre se festeja.
No puedo cantar.
No puedo cantar.

Siempre. Siempre
el reino antiguo
de la misma muerte.

Los gusanos de la avaricia
devoran inocentes sin boca,
mientras el resto, sin preguntas,
baila sobre su propia tumba
adorando estrellas inexistentes
dibujadas en el suelo por los hombres.

No puedo cantar.
No puedo cantar.