La poesía toca con sus alas lo más pequeño, lo más excelso, toca el dolor y la alegría.

Nos pega a la tierra, a los seres vivos, nos eleva y transporta a otra dimensión.

25 septiembre 2015

OJOS SUBTERRÁNEOS

A los niños cuyos ojos quedaron sepultados bajo los escombros de sus países en guerra, a los niños que, ni siquiera, han podido ser refugiados. A los refugiados, también, por el sufrimiento que viven en su inocencia.

OJOS SUBTERRÁNEOS

Sus ojos,
luciérnagas temerosas
de sumisión infante.

Rescatad,
rescatad sus ojos lúgubres,
minúsculos luceros ocultados.

Aunque abunde, sí,
la consolación de sus pupilas.
Qué pisoteada su órbita inocente.

Rescatad, rescatad sus ojos.
Pobres ojos míos
quizá para siempre sepultados.
Si mueren,
morirá con ellos el amanecer del mundo
y el despertar de los hombres.