La poesía toca con sus alas lo más pequeño, lo más excelso, toca el dolor y la alegría.

Nos pega a la tierra, a los seres vivos, nos eleva y transporta a otra dimensión.

13 enero 2014

Indigentes


Por los callejones de los sin techo
deambulan los poetas
Templan sus manos
en la hoguera del silencio.

Con leños de consumo inútil
se alimentan las farolas,
brotes tiernos de fósiles,
caprichos de desecho
ni para el fuego sirven.

Los focos de neón
borran la memoria de la luz.
Instrumentos de Electra afónicos y discordes
ensordecen el oído a la música

Los poetas huyen a esconderse
en los rincones del alba,
no quieren que su voz alimente
la garganta que dice ser única.
Vagan entre los indigentes
ocultos bajo mantones sobrios
ajenos a la superficial atmósfera

6 comentarios:

  1. espectacular María teresa!!! bravo porque eres capaz de decir todo de manera tan bonita, un beso

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  2. Por mucho que cerremos los ojos no conseguiremos que esa población de indigentes deje de crecer, y cuanto mayor sea, más intentaremos pasar sin mirarles y sin que nos vean.

    Sólo el poeta puede iluminar sus rostros para que nadie pueda meter la cabeza bajo el ala y fingir ceguera absoluta ante la injusticia y el desorden social

    Besos

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    Respuestas
    1. El poeta puede iluminar sus rostros y, también, vivir entre ellos, ser uno de ellos por no querer formar parte la palabrería vana que abunda.

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  3. Mi querida amiga: La verdad que te has ceñido a un sentimiento muy del momento. Me duele tanto lo que veo; hambre, miseria, mentiras, manipulación y riqueza anexada a riqueza, siendo la pobreza el llanto de tantos...
    Por un mundo más lógico donde la hermandad sea la espera más cercana del momento. Deseo justicia, paz e igualdad.
    Un abraciño,
    Rosa María Milleiro

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  4. Me sumo a tus deseos de justicia, paz e igualdad, imperiosamente necesarios.

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