La poesía toca con sus alas lo más pequeño, lo más excelso, toca el dolor y la alegría.

Nos pega a la tierra, a los seres vivos, nos eleva y transporta a otra dimensión.

25 junio 2013

Seis campanadas

Paisaje y versos de una nostálgica tarde de verano 



Seis campanadas
lanza su voz
el viejo reloj al mar.
La sombra en el papel
de la alegría
dibuja la tarde
y las dalias sanan
nostalgias de musgo en la pared.

Al abrazo de la encina
se acurruca la hora abandonada,
la brisa murmura
canciones de amor.

Sana, esfera de día,
con flores y perfumes de azahares
la hora solitaria,
restablece el anillo
de tu luna desgarrada
y el mágico tic-tac
de las hojas desprendidas al caer.

Gotean los minutos
las hojas desecadas
por el viento y por el sol
a tierra se acumulan,
presagio de las horas
que quedan por pasar.

8 comentarios:

  1. Me suena a nostalgia de domingo u otoñal... Un abrazo desde el telón de la luna :D

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    1. Nostalgia de verano, de domingo, otoñal, nostalgia del tiempo no vivido.
      Un abrazo también para ti.

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  2. Por esa bella coincidencia entre el tiempo y la vida.

    Un abrazo

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    1. Es cierto, un bella coincidencia. Tu imagen con el reloj pendiente del árbol y "el tic-tac" de mis "hojas desprendidas al caer".

      Gracias por tu visita.

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  3. "Al abrazo de la encina
    se acurruca la hora abandonada,
    la brisa murmura
    canciones de amor"

    Cada verso, cada poema que escribes supera al anterios, Teresa.

    Un abrazo
    Rita


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    1. Gracias Rita, me alegra tanto que vuelvas leer y comentar mis poemas.
      Un abrazo

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  4. "No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió", que diría el perpetuo Sabina. Y son tantas las veces que el reloj se nos para en lo que pudo ser y no fue...

    Bella nostalgia y preciosa imagen.

    Besos

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  5. El reloj no se detiene, las hojas de los árboles caen implacables. El fruto perenne de la nostalgia es un poema.
    Besos

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