Yacer en la tierra hasta quebrar la ausencia de la ansiada la luz, romper, mientras tanto, el tiempo en sueños de eternidad.
Ocultadme bajo este abanico
de quebradizos ocres.
Cubridme con su manto dorado,
luminoso, húmedo corazón.
Lombriz que ahueca
la fertilidad el tiempo,
parsimonioso, cruento,
a la vez veloz e indulgente.
Ocultadme
hasta que pase la vida toda
o se rompa la ausencia.
Seré humus.
Fermentará mi sangre
hasta florecer después
de todas las caducas primaveras
y saber de la luz
que nunca muere.