La poesía toca con sus alas lo más pequeño, lo más excelso, toca el dolor y la alegría.

Nos pega a la tierra, a los seres vivos, nos eleva y transporta a otra dimensión.

30 enero 2011

De noche

En la noche oscura del alma, en vigilia, mantendremos una luz encendida
en la morada de la fortaleza y la confianza.  


 Contemplo la noche
desde dentro,
palmatoria en la mano
de vigilia vestida.

Los pinos se doblan al viento norte,
la lluvia fugaz e implacable
rompe espejos de estrellas.

Con la nariz pegada a los cristales,
espero,
oh corazón nocturno,
la serenata del viento,
busco recobrar el diálogo
en el pulsar y su luz.

Ahora recuerdo que aprendí
de compasión y confianza,
ahora recuerdo que aprendí
que no me abatirán las sombras.