La poesía toca con sus alas lo más pequeño, lo más excelso, toca el dolor y la alegría.

Nos pega a la tierra, a los seres vivos, nos eleva y transporta a otra dimensión.

28 septiembre 2010

A fuerza de distancia

Si no ponemos freno a la distancia que hemos creado entre nosotros y la naturaleza lloverán las arenas y habrá sal donde paraíso hubiera.


A fuerza de distancia,
de distancia,
ajada fue quedándose la tierra,
arañada profundo por canales,
distancia que no reconoce huella.

A fuerza de distancia,
de distancia,
se hundieron a plomo las palmeras,
se erigieron extensos eriales
donde amante la sombra de la higuera.

A fuerza de distancia,
de distancia,
se fueron los oasis sepultando,
se abrieron por flores solo piedras,
se volvieron las aguas llanto amargo.

A fuerza de distancia,
de distancia
hubo sal donde paraíso hubiera
y no se puso freno a la distancia,
 allá, cuando llovieron las arenas.