La poesía toca con sus alas lo más pequeño, lo más excelso, toca el dolor y la alegría.

Nos pega a la tierra, a los seres vivos, nos eleva y transporta a otra dimensión.

22 febrero 2010

Canto quijotesco


Voy a defender las leyes
abolidas por las leyes de la ciencia.
Ilustro mis tímidos papeles
con retórica y cerebral sapiencia.
Vengo a descubrir mis manos,

a inclinar humilde la cabeza
y admirar olimpos, los más altos,
donde giran, de nombres, las siluetas,
donde insignes muy letrados
despuntan perfiles de veleta.
De pan oscuro, de vino y queso

traigo sólo zurrón de pobres letras.
No tengo más frutos que mis versos,
holgada telaraña en la despensa
y un canto delgado y quijotesco
a la frondosa sombra de la higuera.