El hombre lucha con su imperiosa voluntad contra el azar y el destino.
Tejes sin paz telarañas
construyes tu red de seda
que el cielo y la tierra enreda
en seductoras marañas.
Crees vencerlas, te engañas,
cinco sentidos concentras,
sueñas equilibrios mientras
en tus vaivenes constantes
ven los astros expectantes
que en su red aún más te adentras.
Las gradas del firmamento
que el destino te conceda,
helado tu aliento queda,
trastornado el pensamiento.
El azar en su aposento,
tus equilibrios observa,
burlón tu ánimo enerva,
apuesta con tu destino
y en su cruel desatino,
el resultado reserva.
construyes tu red de seda
que el cielo y la tierra enreda
en seductoras marañas.
Crees vencerlas, te engañas,
cinco sentidos concentras,
sueñas equilibrios mientras
en tus vaivenes constantes
ven los astros expectantes
que en su red aún más te adentras.
Las gradas del firmamento
que el destino te conceda,
helado tu aliento queda,
trastornado el pensamiento.
El azar en su aposento,
tus equilibrios observa,
burlón tu ánimo enerva,
apuesta con tu destino
y en su cruel desatino,
el resultado reserva.
Es el destino Teresa, ese que juega con nuestros sentimientos y adorna en otras ocasiones nuestras vidas. ¿que va a pasar en un momento? no se puede saber, solo el tiempo lo dirá. Me gusta tu entrada. Un beso
ResponderEliminarHola Teresa, la verdad es que a veces luchamos contra cosas de las que no podemos escapar...Lo mejor rendirse al instante presente. Un beso y feliz fin de semana.
ResponderEliminarEstamos en el escenario y en él se desenvuelve nuestra vida, es nuestro destino y nosotros... en el corazón de la obra no podemos despegarnos de ella, a veces la maldecimos, a veces creemos ser nosotros el director de escena... pero más valdría recibir de ella con la expectación que se merece todo su caudal de enorme riqueza... su belleza, su tragedia, su comicidad... pero siempre con cierta impostura, con esa tensa mirada de nuestro ego que nos hace tomar cierta distancia... esa tensión también es necesaria (si no es excesiva) porque nos hace conscientes y cocreadores de ese gran espectáculo.
ResponderEliminarAsí es. En realidad no somos dueños de nada, ni siquiera de nosotros mismos. "Algo" hay que mueve nuestros hilos. Lo importante es saber coger el compás de las manos que los manejan.
ResponderEliminarComo siempre, una reflexión bellamente expresada.
Besos
Reflexivas palabras en tu excelente poesia.
ResponderEliminarun placer pasar a leerte.
feliz semana.
Dos décimas maravillosamente equilibradas.
ResponderEliminar