La poesía toca con sus alas lo más pequeño, lo más excelso, toca el dolor y la alegría.

Nos pega a la tierra, a los seres vivos, nos eleva y transporta a otra dimensión.

08 enero 2010

Bailamos frenético vals


A los valientes cooperantes de Greenpeace 

En la falda de los montes
que escupen incandescentes  becerros de oro
bailamos frenético vals.
A la luz de los volcanes
bailamos patético simulacro de lucidez.


Reímos dichosos
mientras las blasfemias del monte
levantan nuestros pies con violencia
y en el cielo surgen muecas
que ridiculizan nuestras hazañas.


Bailamos.
Conscientes abrimos los pozos del infierno.
La Tierra eructa polvo de azufre que estrangula el aire.
Bailamos frenético vals.


Perdido el miedo,
las flores encendidas que ambicionamos
llueven sobre nuestras cabezas cotidianamente
y bailamos,
bailamos frenético vals.







9 comentarios:

  1. Muy realista este poema. ¡Qué poco conscientes somos los seres humanos!

    Un abrazo
    Sofi

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  2. Y nos entregamos al frenético baile sin pensar en mañana, quemando en el hoy todas las energías y agostando toda belleza.

    Bello poema, como desgarrado lamento ante la realidad.

    Besos
    Narci

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  3. Precisamente querida amiga de lo que has palsmado en tu poema se trata el posmodernismo en el arte y la cultura. Fracasó el modernismo con su arte colindando con lo absurdo, la inmediatez y la basura para los vítores de esta sociedad de consumo y retomamos técnicas y disciplinas de los artistas clásicos; para darle sentido y un nuevo giro al arte y a la humanidad. Un aplauso.

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  4. No sé por qué me ha venido a la mente Sodoma y Gomorra. Tal vez por ese inconsciente estado lleno de vanalidades y materialismo en el que estamos inmersos.

    Un abrazo

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  5. Siempre llego de visita diciendo hola amiga, hola amigo, esta vez llego diciendo hola hermana, hola hermano y tiene un sentido ademas de un porque, supongo lo decubriras de visita por mi blog. Tu sitio interesante y hermoso como siempre. Te espero para peregrinar algo juntos. Mucha luz hasta pronto.

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  6. Es un grito tan desgarrador como real.Tal vez un día,ojalá no muy lejano,tomemos contacto con esta realidad tan palpable,dejemos de ser sordos y ciegos.BAILAMOS?Sin hacer nada,permitiendo que,el fuego,las guerras y la desidia de los responsables
    nos hundan en la desesperación,la impotencia y el dolor.Qué le dejamos a nuestros descendientes?
    HERMOSO POEMA TERESA.UN ABRAZO.

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  7. A veces hay que olvidarse de la realidad y bailar ese vals furioso fuera de ella. Poema precios, Teresa. Un abrazo.

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  8. Un bello poema tocando una triste realidad que desgraciadamente poco podemos hacer. Un abrazo grande y feliz semana.

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  9. Sofi
    Nos acostumbramos a bailar a la luz de “los volcanes” (que son de muy variada apariencia) Les perdimos el miedo, lamentablemente. El de Haití es un “desastre natural” en parte. Antes y después de esta desgracia, convivimos con muchos otros desastres y bailamos…bailamos…

    Narci
    Así es. Bailamos hoy sin importarnos si mañana no tendremos donde bailar, ni motivos para hacerlo.

    El Drac
    Gracias Drac por tu reflexión, tu análisis y tu aplauso.

    Verdial
    Las ciudades como Sodoma y Gomorra se han ido sucediendo a lo largo de la historia, en la actualidad se han globalizado. Nos hemos acostumbrado a vivir en ellas bailando el frenético vals en el que agotamos la vida.

    Lely Vehuel
    Gracias por tu visita, que la Luz te acompañe.

    Isabella Ros
    Has comprendido y expresado muy bien el sentido del poema. Gracias Isabella

    Juan Francisco
    A veces, sí. A veces hay que olvidarse y bailar, pero el vals del que tú hablas es Música. Ese sí hay que bailarle.

    Alodia
    Ya hacemos algo dialogando y compartiendo emociones.

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