La poesía toca con sus alas lo más pequeño, lo más excelso, toca el dolor y la alegría.

Nos pega a la tierra, a los seres vivos, nos eleva y transporta a otra dimensión.

10 noviembre 2009

Sin huella

Pisamos con levedad y sin huella,
sin dejar que los pájaros se acerquen,
sin inspirar apenas
el aire que nos pertenece.


El paisaje se transforma.
Los rostros conocidos
renuevan sus rasgos,
los pájaros parten sin mirarnos.
El tiempo se consume como cera prendida.
Nosotros pasamos sin huella
abstraídos en el absurdo.