Se van derrumbando
una a una las islas idílicas que creímos.
Proliferan rosas de porcelana y laureles,
corona de los idiotas a la sumisión.
Sus pétalos y sus hojas aparentemente
impolutas
caen y se quiebran sin eternidad.
Los escaparates de fábulas
guardan en la trastienda los hilos
con los que se manejan los títeres.
¿No ves?
La aurora del nuevo sol
es solamente una lámpara
sostenida por manos poderosas,
como sol antiguo de una tierra plana
en tiempo de ignorancia.
No ves, es solamente un lámpara.