La poesía toca con sus alas lo más pequeño, lo más excelso, toca el dolor y la alegría.

Nos pega a la tierra, a los seres vivos, nos eleva y transporta a otra dimensión.

05 abril 2009

Érase una tarde de abril y de lluvia




Recuerdos de una tarde de abril




Érase una tarde

de abril y de lluvia.


Érase una tarde

de verde encendido.

De voces lejanas
sin pena ni gloria,
de juego de pájaros
y canto de niños.

Érase una tarde
de ahuyentar las bocas
de cántaros huecos
preñados de ruido.

Érase una tarde,
refugio a la sombra
de troncos tallados,
de versos escritos.