La poesía toca con sus alas lo más pequeño, lo más excelso, toca el dolor y la alegría.

Nos pega a la tierra, a los seres vivos, nos eleva y transporta a otra dimensión.

29 abril 2009

Canto esdrújulo

¿Por qué canto?

En la anarquía gramática
desobediente de lógica
jugando con la dialéctica,
en la duda de lo lícito
transito por la poética.

¿Por qué canto? Gran incógnita.
Canto con alegre cítara
humildes letras histriónicas,
con trompeta apocalíptica
boca de los siete arcángeles.

Carente de estilográfica
uso unos pinceles mágicos
como los duendes pictóricos,
plasmo las virtudes ínfimas,
las miserias de los álgido.

En mi universo minúsculo
vivo dimensiones vírgenes
de naturaleza indómita
e indago allá en los orígenes
fuente de emociones cósmicas.

En el blanco de las páginas
arrastrada por las sílfides
despliego velas esdrújulas,
viajo de fosas pacíficas
a los cuadrantes de Andrómeda.

Canto los días difíciles
o musicales de mi ánimo
y confirmo con mi rúbrica
las bendiciones sin límites
del Espíritu Magnánimo.

22 abril 2009

El último fruto


Si mis manos Gaia
han de volver a arañarte,
no me niegues el último fruto.

Voy unida a tu, ya pálido,
cuerpo esmeralda,
agarrada a tu seno ocre
esperaré de ti
la última gota limpia y dulce
de tu leche de madre.

Desterrada soy del hombre,
aún colgada de tus pechos escuálidos
transito por la extensa aridez del mundo.

Tú me miras con los ojos hundidos
desde tu cuerpo inerte,
desahuciado.

Ya sé que no grité,
que no abracé tu cuerpo con mis manos,
que no hinqué mis rodillas para invocar,
con fértil ritual, tu corazón de barro
y ese dorado milagro de espigas y de vid.

Pero yo no soy de allí.
Escapé de la ciudad
y si alguna vez regreso a ti,

ya cansada,
guárdame un pedazo de tu pan
para calmar mi hambre de esperanza,
para calmar mi sed de caminante
esperaré del cielo

tus lágrimas.


16 abril 2009

La misma piel

Yo soy tú.
Tú eres él.
Ella es aquél que dobla la esquina.
Soy el que huye,
el que se entrega.
Soy el que odia
y el que perdona.
Ésta es mi patria,
soy extranjero,
ayer fui dueño, hoy inquilino,
soy campesino y mañana rey.

Yo soy el mártir y soy el verdugo,
el que suplica y el que deniega.
Soy ejecutivo de altas farolas
y el basurero de la oscuridad.
Soy pájaro libre
en el cielo roto de las ciudades,
y soy un recluso
en el suelo frío de angosta prisión.
Tú eres yo.
Yo soy tú.
Él es ella.
Ella es él.
Nosotros, aquellas,
vosotros, aquellos,
pequeños fragmentos de la misma piel.

05 abril 2009

Érase una tarde de abril y de lluvia




Recuerdos de una tarde de abril




Érase una tarde

de abril y de lluvia.


Érase una tarde

de verde encendido.

De voces lejanas
sin pena ni gloria,
de juego de pájaros
y canto de niños.

Érase una tarde
de ahuyentar las bocas
de cántaros huecos
preñados de ruido.

Érase una tarde,
refugio a la sombra
de troncos tallados,
de versos escritos.