La poesía toca con sus alas lo más pequeño, lo más excelso, toca el dolor y la alegría.

Nos pega a la tierra, a los seres vivos, nos eleva y transporta a otra dimensión.

29 marzo 2009

Tierra castellana

A la gente de mi tierra.
Soneto a la vieja y amada Castilla.

A ti, tierra mía abandonada,
que no diste los frutos generosos
que los hombres a brazos laboriosos
te pidieron al arado y a la azada.

A encina de tu campo polvoriento,
bajo su sombra recia y centenaria
reposaré mi pluma solitaria
y nutriré de ti mi pensamiento.

De mi pueblo, sus montes ancestrales
guardan paz y silencio de capilla
donde lanzo a las ondas orbitales

el soneto amasado con semilla
de mi tierra y azules celestiales
de los campos abiertos de Castilla.


24 marzo 2009

El rostro de Gaia



Yo te imaginaba fuente,
parto de roca y de agua,
abrazo de verde, verde
madre de luz y montaña.

Te descubrí virginales
transparencias verde y agua
de cabellos celestiales
vertientes sobre tu espalda.

Así dibujé tu imagen,
corazón de cueva clara,
madre templo de la tierra,
tu rostro verde esmeralda.

19 marzo 2009

Babilonia

Siempre eres tú, Babilonia.
Siempre tú.
Tu imperio se retrae,
al expandirse de nuevo,
amplía su circunferencia.
Tu manto cada vez más se enriquece
con el fulgor escarlata de la gloria.

Tientas al hombre con tu becerro de oro.
Los pastores de los grandes rebaños
se rinden a tu influjo.
Tus enemigos, para ocupar tu lugar,
recurren a las mismas armas,
las que tú les regalaste.

Mientras,
los cuerpos de los esclavos
siguen desplomándose en las canteras
como troncos abatidos
bajo el brazo de tu hacha blasfema e implacable.

Otras hienas como tú acechan tu cetro,
tu imperio y tu corona.

11 marzo 2009

Éstos son mis muertos

En memoria de las víctimas de los atentados del 11-M.

Éstos son mis muertos.
Son mis muertos y me duelen
porque son de mi casa y son cercanos,
son los mismos muertos por los que lloré otra vez.

De mi pueblo o distantes
los mismos muertos siempre, siempre.

Los que cargan sobre los hombros
la enorme cruz de su pan
los que, con el sudor de su frente,
riegan las flores que iluminan a sus hijos
y labran, con el cansancio de sus manos,
el árido camino hasta su casa.

Éstos son mis muertos,
los mismos que mueren de hambre
ante las puertas cerradas
donde se pudre la abundancia.
Son los mismos muertos que lloré.
Los mismos, bajo idénticas bombas
de metralla o de mentiras
que arrasan sus refugios de barro
y apagan todas sus estrellas.

Son mis muertos todos,
pacíficos, inocentes, crédulos, confiados,
víctimas de eternos verdugos laureados de púrpura
cuyo pulgar oscila, ora alzado, ora vencido
entre el poder, el odio y la venganza.

Éstos son mis muertos y me duelen
porque son de mi casa,
los mismos muertos por los que lloré otra vez.

06 marzo 2009

Si hubieras sido azul

Si hubieras sido azul
como el cielo de agosto
yo habría sido espejo de agua.
Si hubieras sido mies
con nana de viento,
mis dedos brisa, caricia de tu pelo.

Si hubieras sido gaviota
buscando en la roca el beso y el refugio,
yo habría sido roca navegante
siempre en tu rumbo.

Si hubieran tenido el canto
de golondrinas alegres tus ojos,
yo habría sido eterna tarde de verano.

Si hubieras sido azul,
la niebla se abriría en transparencias
y la noche oscura,
iluminada por cien lunas,
habría sido día
y yo habría sido transparencia de niebla,
día de lunas iluminado.

Si hubieras sido azul,
en mi primavera blanca
no se habrían marchitado las rosas
ni las fuentes abandonadas por el agua,
gargantas mudas por telas de araña.

Si hubieras sido azul,
yo primavera de rosas azules,
manantial infinito cantando amores.

Si hubieras sido azul claro
de cielo en la madrugada
yo habría sido espejo de agua,
nana de viento, roca navegante,
manantial de canto, día de luna,
si tú, hubieras sido azul.