La poesía toca con sus alas lo más pequeño, lo más excelso, toca el dolor y la alegría.

Nos pega a la tierra, a los seres vivos, nos eleva y transporta a otra dimensión.

23 octubre 2008

No cantaré a los muertos


No cantaré a los muertos
ni a los muertos que se ocupan
de enterrar a los difuntos.
Ni a los dueños
de gentiles sepulturas

ni su paso por el mundo.

Quiero cantar a los vivos,
los que yerran
por apostar a la vida,
a los vivos que se olvidan
de morir,
a los que el mundo no aterra,

a los que amor les germina
hasta la muerte
y si les cubre la tierra
humanamente,
es tan sólo por vivir.