La poesía toca con sus alas lo más pequeño, lo más excelso, toca el dolor y la alegría.

Nos pega a la tierra, a los seres vivos, nos eleva y transporta a otra dimensión.

19 octubre 2008

Mil mariposas


Mil mariposas, con sus alas, 
colman de besos las mejillas de la tarde 
y la tarde, 
ante semejante ternura, 
se deja besar 
pero ignora la lluvia ácida que se avecina. 

En la encrucijada de la calle 
amanece la vida, 
su luz imprevista ilumina la realidad ingrata, 
espada de fuego 
que sella las puertas del paraíso 
donde ya no se puede volver. 

Te dirán 
que las alas de mariposa no dejan huella, 
mientras el reloj avanza 
con pasos de gigante, nadie le detiene. 

Ahora, sé que buscarás 
en las paredes en blanco 
las mariposas que grabaron 
con el cincel de sus alas 
garabatos en la cordura.

Y el reloj 
que baja la calle cargado de reliquias 
se desconcierta en el tiempo.

Se rompió el silencio


Se rompió el silencio
que portaba el ángel 
se llevó la urna
aún sin quebrarse
llena de suspiros,
lágrimas de sangre.

Se rompió el silencio
que portaba el ángel
se llevó prendidas
en páginas de aire
palabras ansiadas
que no dijo nadie.