La poesía toca con sus alas lo más pequeño, lo más excelso, toca el dolor y la alegría.

Nos pega a la tierra, a los seres vivos, nos eleva y transporta a otra dimensión.

24 diciembre 2008

Es hora de Navidad

No traigas adornos y guirnaldas
ni espléndido alumbrado de fiesta,
es hora de velas y candiles,
resplandor de encendidas hogueras.

No desbordes exquisitos licores,
ni deliciosos manjares en la mesa,
es hora de gachas de pastores,
de aceite y pan en la despensa.

No es tiempo de cerrar castillos,
es hora de abrir la puerta
de la choza humilde y que penetre
dentro la intensa luz de la estrella.

No es tiempo de cubrirse orgullo
y lucir hermosas vestimentas,
es hora de desnudar el alma,
recobrar la paz ante la escena
excepcional de un niño entre pajas,
Luz de Dios que desciende a la tierra
para mostrar el único camino
que conduce a la morada eterna
.

21 diciembre 2008

Imposible silencio


La fuente insoportable del escándalo
destila ruidos que enmudecen a los pájaros.
Voces que ametrallan
con munición de barbarie
los espacios de la música y el canto.

El silencio ha muerto.
Descanse en paz.

Imposible.

16 diciembre 2008

Condicional

Si ambiciono un estanque
tan grande como el mar
agostaré la fuente.

Si deseo de mis manos
un jardín amplio como la selva
devastaré Amazonia.

Si mi espíritu no se sacia
del vértigo que respira
agotaré la atmósfera donde existe.

Si no quiero mirar
no podré ver ante mis ojos
el fragmento de verdad que me corresponde.

Si no quiero escuchar
no podrán, en mi corazón de tierra,
susurrarme el rumor del mar las caracolas.

09 diciembre 2008

El río de la abundancia

El río de la abundancia
desemboca en simas abiertas,
fosas insondables.
En sus orillas,
comisuras de crepusculares labios
quedan los restos del banquete.

Y la gula coronada
pisotea el pan y la carne
ante los ojos hambrientos del mundo.

Los pájaros acuden raudos
a comer la migajas por el suelo
para impedir el enojo en las alturas,
pero el pútrido olor de sus restos
sobrepasa la atmósfera.
Las semillas de los frutos despreciados
serán estériles,
escupidas por los surcos del arado,
les negará sus pechos desbordados la nueva primavera.

Retumba el trueno en la montaña,
es el grito de Gaia
que repudia las bocas de sus hijos insaciables
y no querrá engendrarlos
para evitar que la devoren.

03 diciembre 2008

Cuento interminable


¿Por qué no serás tú eternamente niña
y sea tu juego perpetuo?
¿Por qué no será mío
el banco a la sombra frondosa del parque?
¿Por qué no estará mi silla
firmemente a tu cama pegada
y sea, junto a mí,
siempre tu sueño plácido
y mi cuento interminable?


A mi hija.